Hay una película famosa en Internet llamada Good Copy Bad Copy realizada en 2007 sobre la propiedad intelectual, la piratería y la lucha contra la ley de derechos de autor. La tesis central es que el documento que más protege nuestra libertad ya no es la Declaración de Independencia, ni la Carta de Derechos: es la matriz 50x50 que es la clave de descifrado de los discos blu-ray.

Esto está desactualizado, pero la premisa es fascinante. La lucha por la libertad no se lleva a cabo con lenguaje natural en forma de retórica política: está desmenuzado en protocolos técnicos. Lo que más importa no es lo que dice, sino qué funciones puede hacer que su lenguaje ejecute.

Esto ha sido así desde que Phil Zimmerman publicó el código fuente PGP como un libro en 1995, usando la primera enmienda para eludir algo llamado Ley de Control de Exportación de Armas. La criptografía es tan poderosa que muchos gobiernos la consideran un arma. Esto se debe a que ejecuta el discurso libremente, sin necesidad de protección legal o política y, por lo tanto, fuera del ámbito del control legal o político.

Ahora utilizamos ampliamente criptografía para asegurar nuestra capacidad de hablar libremente sobre lo que consideramos valioso, sin la necesidad de confiar en instituciones corruptibles. Es un cambio profundo en la evolución de nuestra capacidad de crear significado, en el sentido más general.

Los medios por los cuales creamos tal significado no son propiedad de nadie, y el medio, que es tanto una red como un lenguaje de programación, se puede leer de una manera esencialmente perfecta. Es decir, las funciones que ejecuta nuestro lenguaje producen resultados deterministas que se acuerdan globalmente. Sin embargo, se vuelve aún más extraño. Como dice Vitalik en entendiendo Ethereum; los contratos (código) y las cuentas de propiedad externa (personas) son los dos, ciudadanos de primera clase en Ethereium. Simon de la Rouviere lo describe así:

Entonces, ¿qué significa realmente Ethereum? Afortunadamente, las respuestas más precisas se encuentran
en exploradores de bloques, no en ensayos cortos. Sin embargo, aquī podemos hacer un intento natural al considerar nuestra imaginación comunitaria: el logotico de ochos lados.

El octaedro es el tercero de los cinco sólidos postulados por Platón para formar todos los elementos: tierra, agua, fuego, aire y éter. Mientras que examina el aire en el Timeo, el elemento con el que se asocia al octaedro, Platón escribe "existe el tipo más traslúcido que recibe el nombre de éter (αἰθήρ)". La palabra αἰθήρ en griego homérico significa "aire puro y fresco" o "cielo despejado". También se traduce a menudo como "quintaesencia": el material que llena la región del universo sobre la esfera terrestre. El éter es el aire de otro reino, que sin embargo interactúa con el nuestro en virtud del significado que representamos en nuestro uso de los cuatro elementos terrestres.

El octaedro es el sólido medio y, por lo tanto, asociado en la metafísica más moderna con el corazón, amor, compasión, perdón, y curación. Tiene 8 caras, similar en cierto sentido al Noble camino óctuple. Como es el caso de todos los sólidos platónicos, es simétrico y por lo tanto su reflejo sigue siendo el mismo.

Tales formas nos recuerda que todos somos solo espejos los unos de los otros.

De forma más práctica las , mallas espaciales son un diseño arquitectóico de uso común, extendido a cerchas octogonales por Buckminster Fuller en su trabajo sobre cúpulas geodésicas. Fuller a menudo se cita en los cículos criptográficos, siendo la opción preferida para muchos de sus descendientes intelectuales: